Pobreza Energetica

pobreza Energética

Desde iUrbana se va a prestar especial atención al concepto de pobreza energética, entendiéndose que está íntimamente ligado a la calidad y capacidad de aislamiento térmico de la edificación y que aborda esta circunstancia desde una perspectiva social.

La pobreza energética podría definirse como la incapacidad de un hogar de satisfacer la cantidad mínima de servicios de la energía necesarios para satisfacer sus necesidades básicas, como es mantener la vivienda en unas condiciones de climatización adecuadas para la salud (18 a 20º C en invierno y 25º C en verano).

 

 

Comúnmente, se asume que la pobreza energética ocurre como una combinación de tres factores definidos a escala de hogar (BERR, 2001): ingresos, precios de la energía y eficiencia energética de la vivienda (ver Figura 1, Apartado 6). De esta manera, si un hogar habita en una vivienda energéticamente poco eficiente, dados unos precios de la energía, necesitará un determinado nivel de renta para asegurar la satisfacción de su demanda de servicios energéticos domésticos. Estas tres causas o componentes sirven para analizar y comprender como se forma el fenómeno de la pobreza energética, y también proporcionan puntos de entrada para la definición de políticas públicas encaminadas a hacer frente a esta problemática

Sus consecuencias en el bienestar son también variadas: temperaturas de la vivienda inadecuadas, incidencias sobre la salud física y mental (incluyendo mortalidad prematura de ancianos), riesgo de endeudamiento y desconexión del suministro mayores restricciones presupuestarias para el consumo de otros bienes y servicios, presencia de moho y humedad en el techo o las paredes, etc.

Por otro lado se sabe que la pobreza energética – y más concretamente habitar en una vivienda con temperaturas inadecuadas (por debajo de 18ºC o 20ºC) – es una de las causas del aumento de la mortalidad adicional causada por enfermedades cardiovasculares y respiratorias durante los meses de invierno (The Eurowinter Group, 1997). Estos porcentajes indican la diferencia promedio entre la mortalidad registrada de noviembre a marzo y la registrada en el resto de los meses del año.

A la vista de los datos, la TMI relativa de España (21%) es, junto con la de Portugal, una de las más elevadas de Europa occidental y del resto de países con información disponible para los periodos de referencia considerados (ver Tabla 1). Esta cifra es indicativa de los efectos sobre la salud de la incapacidad de los hogares españoles de pagar la energía que necesitan, pero también de los beneficios en términos de salud publica que pueden obtenerse de la reducción de las tasas de pobreza energética en nuestro país.

Tabla 1. Tasa de mortalidad adicional en invierno para países con información disponible.

 

Pais

Periodo de referencia

TMI

Referencia

Relativa1

Absoluta

Austria

1988-1997

14%

n.d.

Healy, 2002

Bélgica

1988-1997

13%

n.d.

Healy, 2002

Dinamarca

1988-1997

12%

n.d.

Healy, 2002

Finlandia

1988-1997

10%

n.d.

Healy, 2002

Francia

1988-1997

13%

n.d.

Healy, 2002

Alemania

1988-1997

11%

n.d.

Healy, 2002

Grecia

1988-1997

18%

n.d.

Healy, 2002

Hungría

1995-2007

12.3%

5.600 muertes

Tirado Herrero y Ürge-Vorsatz, 2009

Irlanda

1988-1997

21%

n.d.

Healy, 2002

Italia

1988-1997

16%

n.d.

Healy, 2002

Luxemburgo

1988-1997

12%

n.d.

Healy, 2002

Macedonia

1995-2004

n.d.

885 muertes

WHO, 2007

Holanda

1988-1997

11%

n.d.

Healy, 2002

Nueva Zelanda

1980-2000

18%

1,600

Davie et al., 2007

Polonia

1991-2002

n.d.

14.680 muertes

Morgan, 2008

Portugal

1988-1997

28%

n.d.

Healy, 2002

Rumania

1991-2004

n.d.

17.358 muertes

Morgan, 2008

España

1988-1997

21%

n.d.

Healy, 2002

Reino Unido

1988-1997

18%

n.d.

Healy, 2002

Notas: 1) Porcentaje de muertes adicionales en la estación fría en comparación con el promedio del resto del año. Permite hacer comparaciones entre países con diferentes tamaños de población y tasas de mortalidad absolutas.

 

Con todo, debe tenerse en cuenta que sólo una fracción de la TMI es estrictamente atribuible a la pobreza energética. Por ejemplo, un análisis comparativo entre Irlanda y Noruega (países con climas y perfiles socio-demográficos similares, pero con grandes diferencias en la eficiencia energética de su parque residencial) permitió estimar que más del 40% de las muertes adicionales en invierno causadas por enfermedades cardiovasculares y respiratorias entre 1986 y 1995 estaban asociadas (en Irlanda) con la ineficiencia energética de las viviendas de este país (Clinch and Healy, 1999).

La pobreza energética no es un fenómeno que afecte por igual a todos los grupos sociales y niveles de renta, aunque en general está bien establecido que los hogares con menor renta disponible son los que sufren de forma más intensa y directa sus consecuencias. Esto ocurre porque el consumo de energía es una de las necesidades mas básicas de un hogar – probablemente junto con la alimentación y el suministro de agua potable –y, por tanto, presenta unabaja elasticidad respecto de la renta disponible; es decir, el descenso en el consumo de energía es menor que el que se produciría de forma proporcional al descenso de la renta. Esto significa que los hogares más pobres tienden a soportar mayores gastos de energía (en relación a su renta) que los hogares con mayor poder adquisitivo (Brophy et al., 1999). Además, las familias con menores ingresos tienden también a ocupar viviendas de menor calidad y menor eficiencia energética.

Sergio Tirado

El Comité Económico y Social Europeo aprobó en 2011 un dictamen sobre “La pobreza energética en el contexto de la liberalización y de la crisis económica”(Diario Oficial de la Unión Europea de 11 de febrero de 2011) en el que se propone tener en cuenta la pobreza energética a la hora de elaborar cualquier propuesta de política energética y se afirma que mejorar la eficiencia energética en la construcción es un aspecto clave para abordar la pobreza energética, considerándola una nueva prioridad social que necesita apoyo a todos los niveles

De entre las soluciones o herramientas para combatir la pobreza energética (tarifas sociales, pagos directos, mejora de la eficiencia energética, etc.) se piensa quela única forma de erradicar de forma permanente la pobreza energética, especialmente en un contexto de incertidumbre sobre los precios de la energía e incluso sobre la renta disponible de las familias, pasa por la rehabilitación energética del parque de viviendas: “la forma mas sostenible de erradicar la pobreza energética consiste en renovar la vivienda hasta un nivel tal que, con independencia de quien la ocupe, haya una muy baja probabilidad de que el hogar padezca pobreza energética” (UK DTI, 2006, p. 31). De esta manera, se podrá eliminar la que se cree es “la peor consecuencia, en términos de bienestar de la sociedad, del consumo ineficiente de energía en el sector residencial” (Healy y Clinch, 2002, p. 329).

Adicionalmente, una mejora a gran escala de la eficiencia energética del sector residencial permitirá también reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la seguridad energética de un país, al reducir sustancialmente las importaciones de energía (reducir la dependencia energética). Igualmente será una herramienta generadora de empleo que combatirá las negativas tasas de desempleo del sector de la construcción y reducirá los gastos derivados de la cobertura social que brindan las prestaciones. Finalmente, disminuirá la Tasa de Mortalidad adicional en invierno y el tratamiento de las personas que enferman cada año a causa de la pobreza energética.

 

Más información

 

  • “Pobreza Energética en Hungría: una primera evaluación” es el proyecto de investigación desarrollado entre otras personas, por Sergio Tirado, Vicepresidente de la Asociación de Ciencias Ambientales, coordinador del Grupo de Trabajo sobre Pobreza Energética en la ACA, además de investigador de 3CSEP. Este estudio, que ha permitido obtener datos reveladores sobre la situación existente en Hungría, hace una aproximación sobre la extensión y la naturaleza de la escasez de combustible en Hungría y ayuda a entender la experiencia de la escasez de combustible en los hogares húngaros, en relación también al papel que juegan tanto las empresas de servicios públicas como los gobiernos central y local. Acceso al informe

 

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